El término charro aparece documentado en 1627 como sinónimo de basto, tosco, aldeano o de mal gusto.2 Su origen puede estar en la palabra euskaldun txar, que significa defectuoso o débil.3 En la actualidad, ha dejado de tener este significado para convertirse en el gentilicio popular del Campo Charro, la ciudad de Salamanca y la provincia de Salamanca. Charros son los salmantinos y todo lo que provenga de su provincia.1 Su paisaje característico es la dehesa, un terreno llano o ligeramente ondulado con encinas y pastos en el que abundan las charcas y los pequeños arroyos. Son prados donde pueden verse reses de raza brava o morucha y cerdo ibérico pastando libremente entre las encinas. Algunas de las más famosas ganaderías de toros de lidia se encuentran en estas tierras.
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